viernes, 6 de mayo de 2011

Refugiados españoles en México


El 13 de junio de 1939, un barco llamado “Sinaia” llegaba a tierras mexicanas proveniente de Francia con 1,620 refugiados españoles que huían del terror de la guerra civil que llevo al poder a Franco.

El barco atracó en el puerto de Veracruz, ciudad fundada por ellos mismos 400 años antes. No es difícil imaginarse la tristeza, amargura e incertidumbre de los españoles al llegar a México. Habían perdido todo a manos de un fascista que fue financiado por Hitler y Mussolini para ganar la guerra. Y no es mi intención juzgar a Franco, solo estoy describiendo el escenario de estos 1,620 seres humanos que llegaron a nuestro País, frustrados e impotentes.

Sin embargo, la reflexión de este espacio no es únicamente sobre la llegada de los españoles, sino de cómo fue su recibimiento por parte de los mexicanos. El monumento de Lázaro Cárdenas en Madrid y la serie de eventos que se han realizado a través de los años tanto en México como España para celebrar este hecho, nos indica que los españoles fueron recibidos con los brazos abiertos y como hermanos.

Pero el recibimiento no se quedó en unos cuantos abrazos y discursos de bienvenida. Lázaro Cárdenas y los mexicanos se encargaron de recibir a más de 25,000 refugiados e incorporarlos a la vida social y económica de México. Su esposa, Amalia, presidió un grupo que ayudó a 456 niños españoles huérfanos de guerra, ¿Cuántos de ellos habrán sido después comerciantes y empresarios agradecidos con México? También se apoyó a los intelectuales cuando se fundó por ahí de 1937, la Casa de España en México. No solamente México recibió el cuerpo y el alma, sino que también respeto las creencias intelectuales

Y no solo se ha tratado de los españoles, también fueron recibidos europeos huyendo de los horrores de la primera y segunda guerra mundial, muchos de ellos austriacos; y más adelante en el siglo XX, Argentinos, Chilenos huyendo de Pinochet, Nicaragüenses, etc., han llegado a México con la esperanza de empezar de nuevo y han sido recibidos, como siempre, con los brazos abiertos.

Unos países cierran sus fronteras y se vuelven cada vez más xenofóbicos, otros incluso expulsan al inmigrante y emiten leyes que denigran al ser humano, pero por el otro lado nuestra patria es un ejemplo de solidaridad internacional. Debemos sentirnos orgullosos, que ante la adversidad de los pueblos oprimidos y perseguidos, los mexicanos siempre estaremos dispuestos a recibir al extranjero con una sonrisa y el corazón en la mano.

3 comentarios:

  1. Nada que ver con el american dream de Estados Unidos! En esto y varias cosas estamos mejor q nuestros vecinos!

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  2. He conocido muchos mexicanos cuyos abuelos fueron inmigrantes procedentes de diversas naciones y a quienes la sociedad mexicana del momento los acepto y trató como verdaderos compatriotas. Me siento muy orgullosa del sentido de solidaridad de esos mexicanos que actuaron conforme a un sentido humano y no nacionalista...

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  3. Yo también me siento orgullosa de la solidaridad de los mexicanos, de la forma en la que recibimos a los extranjeros, ya sean refugiados, migrtantes o vacacionistas.
    Lástima que el narcotráfico nos está quitando esta reputación. Espero que en poco timepo se termine esta situación para que volvamos a adquirir la imagen internacional que teniamos anteriormente.

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